Superar el fallecimiento de un ser querido o una persona cercana a nosotros a veces es algo que nos toma mucho tiempo, y mientras tanto el dolor es a veces inconsolable; a veces tardamos mucho en aceptar esta realidad.
Con la ayuda del Señor esta carga sin duda es mucho más llevadera y puede llevarnos menos tiempo.
El Señor, se ha echado nuestra cruz a cuestas, nos ama, y quiere librarnos del dolor.
Entregando a Él esta pérdida y descargándonos en Él con sinceridad y con el corazón, podemos sentir un gran alivio y empezar a aceptar la muerte de una persona que amamos y que, aunque ya no esté con nosotros, sus recuerdos siempre van a existir, pero podremos recordarla sin sufrimiento.
ORACIÓN PARA SUPERAR EL FALLECIMIENTO DE UNA PERSONA
Señor Jesús, necesito que me abraces y me des fuerza en estos momentos de desesperación.
Sé que nuestra vida en este mundo es pasajera Señor, pero nunca estamos preparados para dejar partir a las personas que amamos.
Ahora que ha fallecido ___, me siento desconsolad@ y sol@ Señor.
Te pido que me ayudes a superar este dolor y esta tristeza, por saber que nunca más podre verl@, tocarl@, hablarle ni compartir con el (ella) tantos momentos que compartíamos y que hacían parte de mi vida.
Señor Jesús, te pido que l@ recibas con todo tu amor y misericordia en tu reino, que perdones sus pecados y pueda ahora estar en tu presencia.
Te pido Señor, que me des mucha fortaleza, que me ayudes a seguir viviendo con los mejores recuerdos, pero sin tanto dolor.
Sé que tengo que seguir adelante, que la vida es hermosa y que tengo que superar esta pérdida, ayúdame, Señor, ten piedad de mí, consuela mi alma y mi corazón afligido.
Cada día cuando despierto, siento que esto es una pesadilla Señor, me cuesta mucho trabajo aceptarlo, pero con tu amor y con mi fe puesta en ti sé que voy a estar bien de nuevo.
Señor, enséñame a vivir sin él (ella), enséñame a rehacer mi vida y a ser feliz de nuevo. Dame la sabiduría que necesito para dejarl@ ir, para que pueda descansar en tu paz y yo pueda seguir mi vida en paz; sabiendo que siempre l@ seguiré amando, aunque ya no esté aquí conmigo.
Consuélame, Señor, que sus recuerdos ya no me duelan tanto, que encuentre alegría y motivación para seguir haciendo mis cosas, aunque el (ella) ya no esté.
Cada día me alimentaré de su recuerdo y del amor que en vida nos tuvimos. Te entregó mi dolor Señor, sana mi corazón. ¡Ayúdame!
Amén.