Salmos de alabanza. A través de los salmos nos conectamos con las tradiciones católicas de nuestros antepasados y las mantenemos vivas a lo largo del tiempo. Pero, además, cuando nos cuesta un poco de trabajo, encontrar las palabras adecuadas para expresarle a Dios, nuestros sentimientos, podemos hacerlo fácilmente recitando los salmos.
Además de los salmos para alabar al Señor, también, estas poderosas oraciones, nos sirven cuando queremos pedir ayuda, cuando tenemos temor, cuando necesitamos protección, recuperar nuestra salud, cuando estamos alegres o agradecidos, etcétera.
Los salmos, y en general toda la santa biblia, son un modelo de oración. Si los leemos o escuchamos con frecuencia, aprenderemos a orar más rápidamente y a expresar nuestras propias oraciones.
Pero lo realmente importante a la hora de orar, ya sea a través de los salmos, de nuestras propias oraciones o de las oraciones de otra persona, es entregarnos al momento, vaciar nuestra mente de todo lo mundano y consagrar ese momento, por pequeño que sea, a nuestro encuentro con Cristo.
También hay oración en el silencio. Si tan solo silencias tus pensamientos y permites que un único pensamiento: “Dios”, te abarque hasta lo más profundo de tu ser, permitiendo que el Señor simplemente “este” en ti, y tú, te permitas, solo sentirlo, sin conceptos de nada. Entonces, habrás permitido tener una verdadera “Oración”.
ORANDO CON SALMOS DE ALABANZA
Los salmos, además, contienen enseñanzas teológicas, que al orar con ellos, nos enseñan sobre el amor de Dios, su amor incondicional, su fidelidad para con nosotros, su verdadera sustancia.
Por eso, elevamos estos poderosos salmos de alabanza a Jesús, porque a su vez, con ello, estamos fortaleciendo nuestra fe, profundizando nuestra relación con Dios y creciendo espiritualmente.
Siente como, con cada día que escuchas o lees estos salmos, no solo sientes el consuelo que se recibe a través de ellos, sino que te vas llenando de fortaleza, te vas sintiendo invencible, y esto es porque al aumentar tu fe, vas formando un escudo en todos los aspectos de tu vida. Es el escudo de la “Confianza en Dios”.
Si tienes sed de Dios, si quieres estar más cerca de Él, si quieres aumentar tu fe, si necesitas consuelo y esperanza, si no sabes como hablarle al Señor, si simplemente quieres alabarlo; para todos los días por unos pocos minutos el ajetreo de tu vida, y escucha estos salmos mientras vas de camino al trabajo, antes de dormir o mientras te relajas en tu silla favorita.
SALMO 95 – SALMO DE ADORACIÓN Y ALABANZA
El Salmo 95 es una invitación a la adoración y la alabanza a Dios, por medio de él, reconocemos su grandeza, poder, amor y soberanía. También nos exhorta a mantener una actitud de reverencia y obediencia, recordándonos las consecuencias de la incredulidad y la desobediencia. A través de este salmo, somos invitados a adorar a Dios con alegría, humildad y un corazón abierto, a escuchar y obedecer su voz.
SALMO 100 – SALMO DE ACCIÓN DE GRACIAS
El Salmo 100, es un himno de acción de gracias y alabanza a Dios. Nos invita a reconocer su grandeza y a acercarnos a Él con gozo y gratitud. El salmo nos recuerda que Dios es nuestro Creador y que debemos adorarlo con alegría. También destaca la bondad, la misericordia y la fidelidad de Dios. Al orar o meditar en este salmo, somos invitados a expresar nuestra gratitud y alabanza a Dios, reconociendo su poder y amor en nuestras vidas.
SALMO 103 – ALABANZA A DIOS POR SU MISERICORDIA
El Salmo 103, es un himno de alabanza y gratitud a Dios por su bondad, misericordia y beneficios hacia su pueblo. El salmo nos invita a bendecir y alabar a Dios con todo nuestro ser. Destaca la bondad, la misericordia y la fidelidad de Dios, así como su compasión y cuidado paternal hacia nosotros. Al orar o meditar en este salmo, somos animados a reconocer y agradecer las muchas bendiciones que Dios nos ha dado y a confiar en su amor y misericordia constantes.
SALMO 145 – EXALTANDO LAS GRANDEZAS Y OBRAS DE DIOS
El Salmo 145, destaca la generosidad, la justicia y la misericordia de Dios en todas sus obras. Invita a todos a bendecir y alabar el nombre de Dios eternamente. Al meditar en este salmo, somos animados a reconocer la grandeza de Dios y a responder con gratitud y alabanza a sus obras maravillosas.
SALMO 150 – HIMNO DE ALABANZA Y ADORACIÓN
El Salmo 150 es un himno final y glorioso de alabanza a Dios. Nos llama a adorarle en su santuario y a reconocer su grandeza en la creación. Nos enseña que la alabanza puede expresarse de diversas maneras, incluyendo la música y los instrumentos. Además, nos invita a recordar que la alabanza a Dios es universal, y todas las criaturas tienen la oportunidad de unirse en alabanza y adoración. Al reflexionar sobre este salmo, somos animados a ofrecer a Dios nuestra alabanza y gratitud con todo nuestro ser.
