Salmo 35. David pide a Dios que haga justicia sobre sus enemigos; David pide venganza y que sus perseguidores paguen por lo que le han hecho.
Debemos entender que este salmo lo escribió David en la época en que era perseguido por el rey Saúl. Pero también debemos entender que Dios no es un Dios vengativo pero si es un Dios justo.
El defenderá y levantará siempre al justo, al que lo merece, al que lo ha llevado a Él en su corazón y ha actuado correctamente.
Mientras que tarde o temprano la justicia divina caerá también sobre el injusto, el opresor. Especialmente sobre el que nunca se arrepiente de corazón de sus pecados y ha causado mucho dolor.
SALMO 35 CATÓLICO
SALMO 35 ORACIÓN
Señor Jesús, sufro enormemente, tengo miedo por mis enemigos, porque Tú sabes quienes quieren hacerme daño.
Tú sabes quienes gozan con mi dolor y se han empeñado en hacer cosas contra mí.
Te pido Señor que me libres de cualquier hechizo, brujería o trabajo de mal que me hayan hecho.
Límpiame de todo mal y protégeme para que nunca más pueda llegar a mi vida la maldad de estas personas.
Apártalos de mí, Señor, que se vayan lejos, que se olviden de mí.
Te ruego también Señor, que me protejas de todas las personas que me tienen envidia, que no me quieren ver prosperar ni ser feliz.
Protégeme sobre todo de las personas que no se muestran como son.
Que aparentan ser mis amigos y en realidad me hacen daño con su hipocresía.
Cúbreme con tu preciosísima sangre para que el mal que me quieren hacer no tenga cabida en mi cuerpo ni en mi vida, y que se devuelva a la persona que la ha originado.
Ayúdame Señor, perdóname si en algún momento, talvez sin intención, yo he causado daño a alguien con mi envidia, egoísmo o malos sentimientos.
Que tu luz ilumine mi vida y me limpie de toda la maldad que amenaza mi vida y mi tranquilidad en este momento.
Amén.