Para esos momentos en que no sabes a quien acudir ni que hacer, recuerda acudir a la oración al ángel de la guarda, él está siempre a tu lado, está sufriendo por ti, está esperando que lo tengas en cuenta, que lo llames, que lo autorices para intervenir en tus asuntos.
Entrega tus problemas a tu ángel guardián, confía en él; él ya sabe lo que necesitas, solo está esperando la oportunidad de ayudarte.
ORACIÓN PODEROSA AL ÁNGEL DE LA GUARDA
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía, tú que me acompañas desde mi llegada a este mundo y cumples con amor tu misión de acompañarme, te pido que me perdones por todas las veces que te he ignorado y olvidado.
Sé que ardes en deseos de escuchar mi corazón ansioso de tu compañía.
Te imagino a mi lado, sosteniéndome en mis tropiezos y levantándome en mis caídas.
Iluminándome los caminos correctos y ocultándome los que no lo son.
Abrazándome en mis soledades y susurrándome en mis silencios.
Ángel de mi guarda mi dulce compañía, quédate a mi lado y cúbreme con tus alas en todo momento para que nada malo me pueda tocar, ni nadie con malas intenciones se me pueda acercar.
¡Oh! mi hermoso y adorado ángel protector, vigila mis sueños y vigilias, que tu paz y tu amor alcancen mi alma, mi cuerpo y mi vida para que nada ni nadie me pueda perturbar.
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía, te pido que me ayudes a palpar tu presencia en mi vida en todo momento, a incrementar mi fe en ti, y a aprender a confiar y soltar todas mis angustias en tus manos para mi bien y mi felicidad.
Hermoso ser celestial, te pido que impregnes tu luz divina en todo mi ser; atravesándome con tus rayos poderosos, porque sé que con tu presencia en mi vida todo lo malo se apartará, todos los problemas se desvanecerán, todos los enemigos se alejarán y olvidarán de mí.
Poderoso ángel guardián, vela por mi seguridad, por mi salud, por mi economía, por mis relaciones y condúceme en mis proyectos para que nada pueda fallar.
Ángel de mi guarda, mi dulce y fiel compañía, no me desampares ni de noche ni de día.
Eres mi esperanza, mi fe y mi mejor compañía.
En ti pongo toda mi vida, para mi paz, mi dicha y mi alegría.
Amén.
Con esta poderosa oración al ángel de la guarda, ríndete ante él para que guíe los designios de tu vida.