Demos gracias por este día al Señor nuestro Dios, elevemos esta oración cada mañana al levantarnos; hagamos de Él nuestra prioridad antes de empezar nuestras actividades y preparémonos para estar en su presencia, recibir su guía, protección y bendición.
Cada día es un verdadero regalo de Dios. La vida y la salud es lo más valioso, por ello, demos gracias por este día y por todos los días al Señor, pero también dispongamos nuestros corazones a vivir con un corazón de servicio y amor por los demás.
Llevando el mensaje de su enseñanza en cada una de nuestra acciones con nuestros hermanos, aceptando la voluntad de nuestro Señor y viviendo con alegría este maravilloso regalo de ¡un día más!
GRACIAS POR ESTE DÍA
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Oración para invitar al Señor a tu vida
Señor, mi primer pensamiento este día es para Ti. Gracias por este día Señor, porque abro mis ojos y veo la luz de la mañana iluminando mi habitación, invitándome a la experiencia de vivir con intensidad, con alegría, pero sobre todo con Tu bendición.
Gracias por estar aquí conmigo Señor, presente en mi corazón, en mi pensamiento, en mi salud, en mi familia, en mi trabajo, en todo mi ser, en mis ganas de vivir y de hacer cosas nuevas.
Gracias por este día, por mostrarme lo bendecid@ que soy, porque tengo tu amor, porque tengo la oportunidad hoy de cambiar cosas que quiero cambiar, de corregir mis errores, de avanzar en mis proyectos, de compartir con la gente que amo, de “vivir”.
Te necesito Señor, te pido que tu seas hoy mi guía, que no me aparte de tu voluntad y que sepa tener aceptación ante las experiencias que no puedo cambiar.
Te alabo Señor en este día, a través de cada cosa que haga con un corazón agradecido por la vida, la salud y la familia.
Me dispongo a estar consiente de mis acciones y pensamientos para no ofenderte.
Entrego en tus manos milagrosas todos mis planes y proyectos, para que prosperen irremediablemente hasta conducirme al éxito y la victoria.
Señor, acércate al corazón de cada uno de los miembros de mi familia, para que todos sintamos Tu presencia y podamos dar cada paso sin miedo, pero siempre entorno a nuestro vínculo familiar y nuestro amor y fidelidad a Ti.
Amado Jesucristo, Consuélame y fortaléceme cuando tenga dudas o me sienta sol@.
Bendice este día, para mí, para mi familia, para mi país, para mi trabajo, para mis amigos y conocidos y para todo el mundo, especialmente los que tanto sufren y no tienen quien ore por ellos.
Gracias por este día Señor, gracias porque respiro, veo, siento, pienso, huelo, saboreo y escucho. Gracias porque a cada instante puedo tomar la decisión de gozarme este día, de aprovecharlo y sentir tu protección a cada paso.
Amén
