Espíritu Santo, lléname de Ti hoy, mañana y siempre, te pedimos en esta oración que vengas a nosotros y nos colmes de tu luz divina. Solo la luz del Espíritu de Dios tiene el poder de sanarnos e iluminar todas nuestras oscuridades para ayudarnos a renacer física, mental y espiritualmente.
Haz esta oración al Espíritu Santo es para pedir su asistencia, pero sobre todo para pedir que este en nuestra vida, en nuestra alma; porque su presencia en nosotros nos libera y nos fortalece, nos llena de sabiduría, fe y nos reconforta.
La fuerza espiritual que nos da la luz del Espíritu Santo nos ayuda a mantenernos firmes en nuestra fe, a enfrentar nuestras adversidades de la mejor manera y vivir la vida bajo la gracia de Dios.
ESPÍRITU SANTO DE DIOS, LLÉNAME DE TI
Ven hermoso Espíritu de Dios que habitas en mi interior, lléname de Ti; espárcete por todo mi ser, mi cuerpo, mi mente, mi alma y mi mundo.
Tu eres el alivio a mis preocupaciones, mi esfuerzo y trabajo duro.
Como una brisa fresca en medio del calor más arduo, llegas Tú con tu amorosa presencia.
Cambias mis lágrimas por sonrisas internas llenas de tranquilidad que apenas se dibujan en mi rostro.
¡Lléname de Ti, Espíritu Santo!
Ilumina mis más oscuros momentos, mis temores, mi ignorancia, mi terquedad y mi inconsciencia.
Me abro a la luz sanadora y liberadora del Espíritu Santo, la recibo en todo mi ser y me apropio de ella.
Enriqueciendo mi alma, ayudándome a levantarme de mis caídas y sobre todo a estar por encima de cualquier dificultad, porque el Espíritu de Dios vive en mí.
Renuévame desde adentro Espíritu Divino, que tu divina luz llene todos mis vacíos fortaleciendo mi fe y apartándome de la indiferencia hacia Ti.
Solo Tú, sacias la sequía de mi corazón y colmas todas las necesidades de mi vida.
En el fuego de tu Espíritu Señor, me regocijo con tanto gozo y me siento renacer.
Espíritu de Dios lléname de Ti, enriquece mi vida con el mayor tesoro: “Tu luz divina”.
Purificando mis pequeños y grandes errores, para ser digno/a de tanta bondad y de tanto amor.
¡Mi verdadera vida depende de Tu presencia en mí!
¡Si Tú me miras puedo ver!
Amén.