Entrega tus problemas al Señor con esta oración. Muchas veces pensamos que nosotros lo podemos solucionar todo sin la ayuda divina, se nos olvida que nada se mueve sin la voluntad del Señor.
Intentamos siempre que las cosas sucedan a nuestra manera, de la forma como nosotros las imaginamos, pero muchas veces, Dios tiene otros planes para nosotros, y siempre, siempre, los planes que él tiene son mejores que los que nosotros tenemos, aunque en un principio no lo podamos ver así.
Por eso también, a veces todos los problemas se nos juntan, o no vemos la salida y la vida se nos va volviendo un caos. Esto es porque queremos manejarlo todo y no confiamos en el Señor.
Con esta oración podemos entregar los problemas a Jesús con toda nuestra confianza y dejar que las cosas sucedan de acuerdo con su voluntad con total despreocupación.
Hazla a diario con mucha fe, sentirás mucha paz y pronto verás cómo los problemas se van disolviendo.
ENTREGA TUS PROBLEMAS AL SEÑOR
Amado Jesús sacramentado, te amo, te alabo y vengo a ti mi Señor y salvador, para pedirte con todo mi corazón que te apoderes de mi corazón y mi espíritu, que habites en mi a partir de ahora y para siempre, que se haga tu voluntad en mí.
Perdona los momentos en que he dudado de tu amor y tu poder, solo quiero serte fiel a ti y demostrarte que quiero vivir esta vida para alabarte y actuar de tu mano, confiando ciegamente en que me guías, me cuidas y solo quieres lo mejor para mí.
Te entrego todas mis dificultades mi amado Señor, te entrego las cosas que no sé cómo solucionar, mis enfermedades, mis problemas económicos, mis malas relaciones, todas las cosas que me perturban; para que seas tú el único que decida sobre ellas.
Tu Señor, eres el único que me puede dar la paz que tanto necesito, que puedes sanar todo en mi vida en un instante y hacer todas las cosas nuevas.
Tu eres bueno Señor, y yo siento la necesidad de soltar todos mis miedos en ti, para que tú me sanes, y me des cada día la sabiduría y la fortaleza que necesito para actuar y para hacer las cosas bien.
Jesús, tú que no me juzgas, te pido que me perdones por juzgar, por no practicar tus enseñanzas, por no amarte de la manera que tú me has amado.
En estos momentos Señor, acudo a ti con toda mi fe, para pedirte que me ilumines con la luz de tu Sagrado Corazón, que el fuego sagrado me limpie de todo mal pensamiento, de todo mal proceder o mala intención. Que me purifique y me haga una persona nueva.
En tu presencia Señor, todo está bien, no tengo nada a que temer, sé que todas las cosas se resolverán de la mejor manera.
Bendíceme, Señor, con tu presencia en mi vida cada día, para levantarme sintiéndome segur@ y con la esperanza de que voy a triunfar. Reconocer que tú siempre estas a mi lado y estas actuando en mi vida. Y sentir que, aunque aún no pueda ver las soluciones a mis problemas, ellos ya están en tus manos y no tengo porque preocuparme.
Tu eres mi guía Señor Jesús, mi luz en cada paso que doy, mi soporte para levantarme cada vez que tropiezo, mi consuelo en el dolor y mi esperanza en las dificultades.
Condúceme ahora por caminos seguros, mírame con compasión, perdona mis pecados, fortalece mi fe y no me dejes desfallecer ni alejarme de ti jamás.
Amén.
También te puede interesar: